El Día de muertos en México es motivo de fiesta; dadas las circunstancias el desplazamiento de turistas nacionales como internacionales debido a la popularidad y a la tradición de cada localidad. Ya que es sabido que cada región tiene distintas formas de celebrar, algunas con coloridas ofrendas a los muertos, bailables, iluminación en los panteones a base de velas, con danzas y por qué no la música, así como la deliciosa gastronomía mexicana en tributo a los seres queridos ya muertos.
La ciudad de Pátzcuaro que ha sido considerada internacionalmente como el destino turístico por excelencia para la estancia en el Día de muertos, contribuye a esta tradición con su fascinante costumbre de los pescadores saliendo en sus balsas iluminando el camino del rio que une Pátzcuaro con la isla de Janitzio mientras los familiares o visitantes llevan antorchas de luz en sus recorridos al panteón central.
Otro de los lugares imperdibles para esta bella celebración dentro de nuestro territorio es Xantolo, la celebración de la huasteca potosina es la fiesta más importante de la región, comienza el 31 de octubre y culmina el 3 de noviembre.
En cada hogar de la zona se instalan los atributos a los muertos “las ofrendas” que deben estar listas para el 1 de noviembre, constan de dulces, juguetes, piñatas; debido a la creencia de que estas son en favor de los niños, deberá llevar cosas que disfrutaban y jugaban en vida, mientras que para el 2 de noviembre las ofrendas son muy diferentes, llenas de coloridas flores, velas, cervezas, mole, tamales, cosas que las personas adultas disfrutaban comer o tomar y por supuesto sin omitir sus objetos de valor como sus guitarras si es que eran músicos, su silla de montar si eran jinetes, todo lo que les gustaba y portaban con orgullo.
Por último no debes dejar pasar la oportunidad de Navegar en una trajinera en Xochimilco (Patrimonio cultural de la Humanidad) durante la noche en la cual tendrás la oportunidad de escuchar relatos sobre leyendas urbanas, mitos de espíritus que se albergan en la zona, así como la visita al embarcadero Cuemanco en el cual es escenificada la famosa leyenda de la llorona siendo parte del recorrido desde hace 27 años, recordando también la visita a la zona arqueológica de Cuailama.