El turismo de aventura va de la mano con el turismo de naturaleza. Ya que ofrece experiencias diferentes a las que se pueden encontrar en los grandes centros urbanos. Éste permite a los aventureros desafiar sus capacidades físicas en entornos naturales, ya sea tierra, agua y aire. Como sabemos, nuestro país posee gran riqueza de condiciones biológicas, climatológicas y geográficas. Lo que le permite a los turistas encontrar una gama amplia de posibilidades para visitar. Actualmente, el turismo de aventura ha tomado más fuerza y ha ampliado sus horizontes debido a la demanda por parte de los turistas, lo que ha obligado a los prestadores de servicios turísticos a buscar más opciones para satisfacer la demanda.
En este tipo de turismo las personas buscan envolverse en la exploración o viajes con riesgo, en los que sin duda es indispensable usar habilidades físicas, intelectuales y psicológicas.
La Secretaría de Turismo de México (SECTUR) clasificó las actividades que se pueden realizar de acuerdo al espacio natural donde se desarrollan. Entre las actividades aéreas destacan: paracaidismo, vuelo en parapente, vuelo en ala delta, vuelo en globo y vuelo en ultraligero, por mencionar algunas. Las actividades terrestres abarcan: caminata, espeleísmo, escalada en roca, cañonismo, ciclismo de montaña, alpinismo, rápel, cabalgata, etcétera. Finalmente, algunas de las actividades acuáticas son: buceo autónomo, buceo libre, espeleobuceo, rafting o descenso en ríos, kayaquismo y pesca recreativa.
